Por: Desarrollo Docente UPC
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Validar una emoción consiste en hacer explícita la emoción que creemos que tiene la persona, en forma de duda “¿eso te hace sentir…?”, “parece que eso te pone triste…”. Y si la emoción es muy clara, afirmarla, poniéndole nombre, hablando de ella y no escondiéndola (esto tiene un efecto más empático aún). Se trata de devolver una breve información a la persona con sentido emocional (“por lo que me cuentas, te sientes enfadado…”).
Validar la emoción provoca sensación de comprensión de la persona, reconocimiento de su experiencia, aumento de la verbalización de lo que piensa y siente, se le invita a hablar más de lo que le preocupa, se siente escuchado, aumenta la confianza y establece la base para crear una buena relación.
¿Cómo validar emocionalmente a un estudiante en una crisis?
- Poner en marcha todos los elementos de la escucha activa y mostrarnos abiertos y acogedores con los sentimientos que trae la otra persona.
- Identificar dichos sentimientos, haciéndolos explícitos poniéndole nombre si están implícitos en la conversación o hablando de ellos si han emergido de manera natural, ayudando a verbalizarlos, a conocerlos.
- No enjuiciar, criticar, los sentimientos. La persona debe sentir que es un espacio seguro, que se le permite, como persona, ser genuina en la forma de sentir.
- Practicar el «Reflejo empático». Consiste en hacer una afirmación sobre el sentimiento que ha citado la persona en la conversación, con una coletilla inicial: «Por lo que me dices, te sientes triste. Parece, por lo que me cuentas, que últimamente estás distraído/a. Creo entenderte que te sientes eufórico/a.»
Es importante validar las emociones de nuestros estudiantes en situaciones de crisis debido a que permite tomar consciencia de lo ocurrido y gestionar de una forma adecuada las emociones.