Por: Rodrigo Flores Castro UPC
__
El mundo globalizado en el que vivimos actualmente requiere que todas las instituciones educativas reconozcan y valoren positivamente la diversidad existente en sus estudiantes. Actualmente, podemos resaltar que se han realizado grandes avances en el reconocimiento de esta en temas como discapacidad, interculturalidad, entre otros.
Parte importante de esta diversidad existente en nuestros estudiantes es la diversidad sexual y género, la cual requiere de nuestra atención para generar ambientes educativos inclusivos. En el marco del Día Internacional del Orgullo LGBT+, es necesario que repasemos algunos conceptos básicos sobre diversidad sexual y de género, además de reflexionar sobre algunas pautas y recomendaciones para seguir promoviendo una mirada positiva de la diversidad.
¿Qué conceptos son importantes de tener en cuenta cuando hablamos de diversidad sexual y de género?
La Relatoría sobre los Derechos de las Personas LGBTI de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recoge algunos conceptos básicos en su plataforma web, siendo algunos de estos:
Orientación Sexual: La capacidad de una persona de sentir atracción afectiva y sexual por otra persona de su mismo sexo (homosexual), del sexo opuesto (heterosexual) o de ambos (bisexual).
Identidad de género: Vivencia interna y subjetiva del género de cada persona. Esta vivencia puede corresponder a la socialmente esperada de acuerdo con su sexo asignado al nacer o no. Si la identidad de la persona corresponde al sexo asignado al nacer estamos ante una persona cisgénero, mientras que cuando la identidad no corresponde al sexo asignado al nacer estamos hablando de una persona transgénero.
Expresión de género: La manifestación que hace cada persona del género, la cual se compone de variables como su forma de vestir, comportamiento social, entre otras.
Estos conceptos pueden estar presentes en la vivencia de las personas de diferentes maneras, y la presencia de uno de no significa que los demás también estén presentes. Veamos algunos ejemplos:
- Una mujer puede tener una expresión de género que socialmente se considere más “masculina”, lo cual no necesariamente va relacionado a su identidad de género o su orientación sexual.
- Una persona que fue asignada con sexo femenino al nacer y cuya identidad de género es masculina es un hombre trans. Esto no necesariamente significa que su identidad condicionará su orientación sexual a que se sienta atraído por mujeres.
- Un hombre cisgénero puede tener una orientación sexual homosexual al sentirse atraído por otros hombres, lo cual no necesariamente condicionará su expresión o identidad de género.
Estos conceptos pueden parecer confusos a simple vista, pero son una herramienta muy útil para poder reconocer y valorar la diversidad existente en nuestros estudiantes.
Para saber cómo poder aplicar estos conceptos en las aulas, presentaré a continuación algunas recomendaciones prácticas:
- No asumir que todos nuestros estudiantes son heterosexuales y cisgénero. El presentar ejemplos que reconozcan la diversidad sexual y de género puede ayudar a su valoración positiva dentro del aula.
- Antes de asumir la identidad u orientación de un estudiante, es mejor preguntar con amabilidad.
- Muchas veces este aprendizaje puede costarnos y podemos cometer errores. Si eso ocurre, podemos siempre pedir disculpas y escuchar cómo mejorar.
- Finalmente, es necesario adoptar una postura de humildad, por lo que es preferible preguntar al no saber a actuar de una manera que invalide la diversidad.
El seguir reconociendo y valorando positivamente la diversidad en todas sus formas es una tarea ardua que requiere del compromiso de toda la comunidad académica. Si bien el reto puede ser grande, la recompensa será el que nuestros estudiantes encuentren un espacio donde se sientan seguros de expresarse y ser tal cual son.