Por: Eduardo Visurraga Noya (UPC)
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Con el retorno progresivo a las clases presenciales, luego de un tiempo de haber estado realizando clases virtuales y en modalidad remota por la llegada de la pandemia COVID-19, hoy, encontramos un nuevo escenario de clases llamado modalidad híbrida en la que los docentes tendrán un nuevo desafío.
Pero, ¿Qué es la modalidad híbrida? Es una modalidad de enseñanza que combina en un mismo espacio al docente y estudiantes de forma presencial y, a su vez, a estudiantes en línea de forma sincrónica, donde se utilizan herramientas y recursos didácticos y tecnológicos que propicien el proceso de aprendizaje (Servín y Acuña, 2020).
Esta modalidad reúne lo mejor de la presencialidad (clases tradicionales) y lo virtual, algunas de las características que resaltan en esta modalidad híbrida y que deben considerarse son: la tecnología que será utilizada centrada en el estudiante para generar vínculo e interacción, el aprendizaje activo, la disponibilidad de variados recursos educativos, el acceso rápido a los diversos servicios como bibliotecas, la grabación de las clases y poder repasarlas en cualquier momento, entre otros.
Por otra parte, los elementos que se requieren para que pueda brindarse adecuadamente esta modalidad son: aulas, que se encuentren preparadas con los implementos y tecnología necesaria para clases sincrónicas para estudiantes presenciales y remotos en simultáneo; docentes, que se encuentren capacitados para el manejo del aula y dinámicas de clase; estudiantes, con disposición de participar e interactuar en un grupo híbrido; y finalmente, cursos que hayan sido diseñados para atender grupos híbridos.
A continuación, se resaltan las ventajas de la modalidad híbrida:
- Oportunidad para desarrollar actividades colaborativas entre estudiantes presenciales y virtuales.
- Aplicación de metodologías activas para el aprendizaje.
- Adaptación y flexibilidad: los estudiantes que no puedan asistir de forma presencial pueden estar en la clase conectados de forma sincrónica.
- Contenidos más dinámicos mediante el uso de herramientas digitales que fomenten la participación de los estudiantes.
- Se puede crear espacios personalizados más significativos para el aprendizaje que permitan optimizar el rendimiento de los estudiantes.
Por último, se comparte lo que se considera puntos clave al momento de afrontar una clase bajo esta modalidad híbrida:
- Replantear el diseño de la clase y adaptarlo a un aula híbrida considerando los elementos del aula.
- Considerar el uso de herramientas digitales que faciliten la interacción y participación activa de estudiantes presenciales y virtuales en simultáneo.
- Evaluar de la misma forma tanto a los estudiantes presenciales como a los virtuales.
- Diseñar las clases considerando como eje central el aprendizaje del estudiante.
- Actualización de las competencias digitales de los docentes, no enfocado al uso de la tecnología en sí, sino en cómo las aplica en contextos digitales mediante las metodologías activas y cómo las usa para evaluar el aprendizaje.
Si bien estas consideraciones son importantes, seguramente en el camino irán apareciendo otras a las cuales se les debe prestar atención para estar preparados y tener un buen desempeño en esta nueva modalidad.