Por: Desarrollo Docente UPC
__
Para procurar una educación de calidad es importante utilizar herramientas de evaluación que nos ayudan a verificar si se están cumpliendo los objetivos y en qué medida. En ese sentido, es esencial que el docente, quien es pieza fundamental del proceso educativo, pase por un proceso de evaluación.
Si bien existen distintas formas de evaluar, el presente artículo se centrará en la autoevaluación, que es entendida, según Akram y Zepeda (2015) como un proceso donde los docentes realizan juicios de valor sobre su propia labor profesional en la enseñanza. Calatayud (2018) lo definecomo una estrategia de optimización de la práctica docente, que facilita y es de beneficio para el desarrollo y crecimiento personal y profesional. Por tanto, este modo de evaluación resulta enriquecedor y respetuoso con la autonomía del docente (Martínez, Yániz & Villardón, 2018).
A partir de un enfoque crítico – reflexivo y una visión constructivista, la actividad didáctica del docente (su ser y quehacer docente) pasa a ser objeto de análisis, permitiendo su problematización, así como, encontrar respuestas y posibles soluciones (Díaz de la Vega, 2018). En ese marco, el docente se convertiría en un participante fundamentado, crítico, comprensivo, propositivo y creativo (Rigo, 2008). Por ello, Rigo (2008) propuso 5 fases de una autoevaluación reflexiva:
- Actividad Comprensiva: Se busca identificar expectativas, motivaciones, creencias y supuestos que han determinado su desempeño como docente.
- Actividad Explicativa: Dar cuenta de los factores o elementos, principalmente exógenos, que repercuten directa o indirectamente sobre el trabajo del docente con los estudiantes.
- Actividad Crítica: Implica una valoración cuidadosa y comprehensiva de contextos, planificaciones, diseños, procesos y productos relacionados con el quehacer docente.
- Actividad Propositiva: Diseño y desarrollo de propuestas reales para superar las deficiencias que se detectaron, consolidar fortalezas existentes, identificando las oportunidades.
- Actividad Interventiva: Se implementan las propuestas del punto anterior cerrando el ciclo de la autoevaluación. El docente puede realizar esta dinámica nuevamente de forma permanente.
Es importante que en el rol docente que se ejerce se practique la autoevaluación de forma constante debido a que permitirá identificar que elementos son positivos y continuar potenciándolos, y, por otra parte, también se identificará aspectos que requieran una atención de mejora para la labor docente y continuar enriquecerla como parte de un proceso formativo para el desarrollo tanto personal como profesional.