Por: Desarrollo Docente UPC
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La retroalimentación es una pieza importante dentro del aprendizaje ya que es un proceso donde el facilitador (docente) brindará aportes valiosos que le permitirá al estudiante seguir construyendo, afianzando y poniendo en práctica sus conocimientos.
Resulta valioso considerar que la retroalimentación según Hattie y Timperley (2007) consta de tres momentos: en el primero, se indica ¿Hacia dónde voy? Volviendo a retomar los objetivos de aprendizaje; en el segundo, se destaca ¿Cómo voy? Indicando el desempeño frente al reto de aprendizaje; y finalmente, se cuestiona ¿Qué sigue después de esto? Donde se busca fomentar que el alumno defina la ruta a seguir.
Por otra parte, dichos autores nos explican que existen niveles o áreas de retroalimentación que son: (1) centrada en la tarea, en la cual el estudiante entrega su trabajo y el docente brinda información sobre logros, aciertos y errores; la (2) centrada en el proceso, donde el docente acompaña el proceso de construcción de la tarea, siendo guía en la comprensión de la tarea, los procesos cognitivos y las estrategias que el alumno evalúa usar; la (3) centrada en la persona, enfocada en el desarrollo personal, brindando aportes sobre el esfuerzo y el compromiso en el desarrollo del proceso de aprendizaje; y la (4) centrada en la autorregulación, entregando información relevante sobre el comportamiento del alumno evaluando la autonomía, el autocontrol y el aprendizaje autodirigido. Dichos tipos de retroalimentación se podrán brindar de forma mixta, esto dependiendo del objetivo de aprendizaje. Se recomienda empezar la retroalimentación explicando cuál es el objetivo de esta, indicando que niveles de su desempeño se retroalimentarán, logrando así que los participantes tengan claro el horizonte del encuentro.
¿Cómo construir una retroalimentación de impacto?
- Entregando información precisa: El docente en base a los logros de aprendizaje y a los productos entregados por el alumno elaborará un informe breve, específico y enfocado en lo que se le comunicó al estudiante que se evaluaría. También, se podrá brindar información adicional que el docente considere relevante en su proceso de mejora como estudiante y profesional, sin que la misma ocupe todo el espacio de retroalimentación.
- Brindando un espacio de acogida: Es importante que el alumno se aproxime al proceso de retroalimentación tomándolo como una oportunidad de crecimiento, para ello el docente preparará este espacio desde una mirada realista, positiva y alentadora, con un lenguaje claro y abierto al diálogo, donde el alumno se descubra en una zona segura para seguir aprendiendo.
- En vistas a una mejora continua: La retroalimentación es constructiva, ya que busca que el alumno valore sus logros actuales y detecte acciones que han ayudado a su crecimiento, así como, lo dirija a reflexionar sobre aquellas prácticas que no están permitiendo orientarse a alcanzar sus metas.
- Favoreciendo el aprendizaje autónomo: Este espacio permitirá que el alumno se haga responsable de su proceso de aprendizaje, ya que le brinda la oportunidad de ser consciente sobre las acciones que esta tomando en vista a su continua mejora.
¿Por qué es importante retroalimentar en el proceso y no solo en el cierre?
Es importante que como docentes brindemos retroalimentación en el proceso de elaboración de los productos (tareas, evaluaciones o proyectos), y no solo en el cierre, ya que le brindará al alumno la posibilidad de tomar acciones oportunas para continuar con su aprendizaje, y con ello, crecer de forma consciente y continua. Se concluye que como docentes tenemos la valiosa tarea de acompañar el crecimiento del estudiante, ante ello, la retroalimentación se presenta como un recurso valioso que contribuyen a dicha tarea.