Por: Desarrollo Docente UPC
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Para asegurar una educación que prepare a los estudiantes para enfrentar problemas reales de la sociedad, las universidades han ido modificando sus metodologías, enfoques y estrategias con el objetivo de que los alumnos puedan desarrollar habilidades cognitivas complejas como la reflexión, capacidad de argumentación, pensamiento crítico (Cardona & Barrios, 2015). Una metodología en línea con esta meta es el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP).
Si bien, existen variedad de conceptualizaciones, se puede definir como “un método de aprendizaje basado en el principio de usar problemas como punto de partida para la adquisición e integración de los nuevos conocimientos” (Vera, 2016). Con el ABP el estudiante posee un papel preponderante y activo, ya que es quien se enfrenta al problema; mientras que, el docente cumple el rol de facilitador u orientador en el proceso. Es importante mencionar la necesidad de que ambos actores posean un alto grado de compromiso para poder lograr los objetivos de aprendizaje (Cardona & Barrios, 2015).
Algunas de sus ventajas son:
- La motivación por aprender.
- Desarrollo de habilidades de búsqueda y análisis de información.
- Permite integrar conocimientos antiguos con nuevos, de esta forma, se reafirma lo que se sabe y fomenta un aprendizaje significativo.
- Se desarrollan habilidades de resolución de conflictos, razonamiento crítico y autoevaluación (Morral et al., 2002).
Asimismo, existen diversos modelos para implementar un Aprendizaje Basado en Problemas, a continuación, se presenta el Método de los Siete Saltos (Restrepo, 2005):
- Planteamiento del problema: lo realiza el docente; en algunos casos puede ser sacado de un banco de problemas.
- Clarificación de términos: importante para que los estudiantes comprendan los términos del problema.
- Análisis del problema: Se analiza el problema para determinar si solo es uno o si se puede dividir en sub problemas con el objetivo de facilitar su resolución.
- Explicaciones tentativas: Los participantes realizan hipótesis explicativas del problema y discuten sobre ello. Lo hacen a partir de sus conocimientos previos.
- Objetivos de aprendizaje adicional: Se determinan las temáticas que se necesitan consultar o profundizar para resolver de una mejor forma el problema.
- Se realiza un autoestudio, se consulta a expertos, en la biblioteca, etc., con el objetivo de tener y brindar sustento.
- Por último, se hace una discusión final y se descartan explicaciones tentativas. Esto sería un producto del cuarto salto.
La importancia de implementar el aprendizaje basado en problemas en las clases permitirá fomentar las estrategias de resolución y la toma de decisiones en los estudiantes, tanto de forma individual como grupal, además, afianzará las habilidades comunicativas y de argumentación, así también, fomentará la toma de conciencia del propio proceso de aprendizaje.